"Llevo tres años mirándote
y ahora puedo decir
que todo lo que miré fue para aprender
hoy a mirar sin faltas de ortografía,
para aprender que sólo salen bien unas historias;
aquellas en las que se aprende a mirar de dos maneras:
a la vez y en una misma dirección."
Así que recorrí todos y cada uno de los lugares donde un día fuimos
y nunca más volveremos a ser;
obviando que llegó un momento
en el que cada uno miraba para donde quería;
y te recordé como antes,
ganándole al de ahora.
Y te dejé ahí,
en la antesala del dulce olvido,
ni a un lado ni al otro.
Simplemente en tierra de nadie.
Por esa razón hoy sé que
las pérdidas son buenas,
que hay que aprender a perder
ya que es el único modo de ganar algo.
Así que hoy reitero mi decisión
de abrirme camino a otros síes,
resumiendo lo nuestro en
crónica
de una muerte
anunciada.
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